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sábado, 22 de noviembre de 2008

Trastornos de la vida moderna


Psicología:
Trastornos de la vida moderna
Vidas Conectadas

Las nuevas tecnologías y las exigencias nos llevan a estar cada vez mas conectados al trabajo. ¿Qué precio paga nuestra salud?

No importa cuál es el día ni el horario. Las llamadas de trabajo y los mails laborales llegan a toda hora. Cualquiera puede localizarnos inclusive estando de vacaciones o en familia. El que no trabaja más de 10 horas diarias o se pasa un fin de semana sin computadora, no pareciera ser muy productivo o valorado. Sin embargo, el “me gustaría tener más tiempo libre” es una de las frases más escuchadas.
Si bien las nuevas tecnologías contribuyen a que el trabajo se “entremezcle” con la vida privada (celulares, Internet, computadoras portátiles uqe llegan hasta la playa, agendas electrónicas y demás), en gran medida también somos nosotros responsables de que esto suceda.
Para Christian Ferrer, ensayista y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, “las personas derrochan buena parte de su energía diaria en el trabajo quizás porque no se atreven a dejarla fluir en otras pasiones”. Y agrega: “además , el acceso al consumo, que los hace feliz, exige una conexión al mundo de la economía; es decir, al trabajo. Es como un círculo vicioso”, detalla el profesional.
Pero si bien para muchos alcanzar el triunfo profesional sintetiza el éxito de la vida, es muy común ver a quienes una vez que logran su propósito, se desmoronan rápidamente. Entonces ¿por qué llegar a lo que tanto se ansía, a la meta, puede al mismo tiempo convertirse en derrota?
“En esta época, 'trabajar' se lleva la mayor cantidad de horas de nuestra vida y está altamente cotizado en nuestro tiempo. Entonces algunos se amarran a lo que logran a través de su ocupación laboral, ya que puede darles la ilusión de que 'son' eso que hacen”, detalla la psicoalnalista Carolina Polak, miembro de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Y agrega: “El precio es alto, porque hay otros sectores de nuestra existencia que de este modo quedan devaluados, y nos causan mucho sufrimiento”.
Y tal vez la pregunta sea ¿Qué lugar ocupa para cada uno el trabajo? “Si uno se convence de cuáles son sus prioridades y se siente dueño y con derecho a su propia vida, será el primero en respetar sus límites y también podrá hacerlos respetar, al menos en parte”, explica la licenciada Natalia Schattenhofer, psicóloga honoraria del Hospital de Clínicas.
Y Polak agrega: “vivimos en unaèpoca en la cual el serparece definirse por la ocupación laboral: 'soy arquitecto', 'soy médico', 'soy abogado', y demás. Cómo si en el éxito del trabajo se jugara toda la felicidad”.
Pero hay que estar atentos, ya que si bien cada tiempo histórico va definiendo en cierta medida a qué corresponde el “éxito” social o económico, Polak subraya que “esto no necesariamente coincide con lo que sería el éxito del sujeto”.
Perder la capacidad de disfrute en familia o con amigos, y la posibilidad de descansar, puede hacer que una persona entristezca, se angustie y muchas veces, termine enfermándose. Y por lo general esto le sucede a personas muy exigentes, para las que el trabajo es el fin, y deja de ser un medio para desarrollarse y vivir. Para la licenciada Schattenhofer la dificultad para disfrutar y descansar sin sentirse culpable por ello, lleva a enfermedades o males como taquicardia, insomnio, alteraciones en la alimentación, sudoración o vértigo. Y en el orden psicológico , irritabilidad, inquietud psíquica, insastifacción constante, melancolías, depresiones.
“Cada persona tiene que construir una nueva mirada folosófica y existencial sobre su propia humanidad, haciendo que el trabajo sea un ámbito y reflejo de salud y bienestar psíquico, y no que se convierta en un síntoma que altere la calidad de vida en otros aspectos que deberían tener la misma importancia en cada uno de nosotros”, sintetiza Schattenhofer.

Por Paz Berri, pata CLARIN ( Clarín, 21/11/2008) pag. 12 , suplemento “Buena Vida”

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..:: CAMPAÑA ANTITABACO ::..

"El cigarrillo estupidiza el cerebro"; "no fume porque apesta". Está comprobado que el cigarrillo causa más de 25 enfermedades y es responsable del 90% de las muertes causadas por cáncer de pulmón. El consumo de tabaco es responsable del 75% de los casos de bronquitis crónica y enfisema. Cuando hablamos de consumo también hacemos referencia a la adicción causada por los cigarrillos. Resultados recientes demostraron cómo un componente del tabaco destruye una enzima cerebral esencial para eliminar las cantidades excesivas de dopamina, un neurotransmisor que produce una sensación de placer. Los adictos al cigarrillo presentan niveles bajos de esta enzima y niveles muy altos de esta dopamina, estimulando al individuo a encontrar el placer en el humo del cigarrillo.

Surge una pregunta: ¿Qué sucede con los fumadores pasivos?. Los fumadores pasivos (individuos expuestos al humo sin fumar), se encuentran en "zona peligrosa" dado que los humos nocivos del cigarrillo aumentan las probabilidades de contraer enfermedades coronarias, además de agravar enfermedades como el asma o la bronquitis.

En la actualidad, las Autoridades de la Salud están en lucha para la aprobación de varias leyes en beneficio de los que no fuman. Como esto no alcanza y debe ser un tema de conciencia deben recordar dos cosas:

1. El cigarrillo solo da placer por 5 minutos a cambio de la destrucción parcial de tu cuerpo...¿esto es justo?

2. Si sos fumador, pensá en el que tenés al lado y que no fuma...¿te gustaría que otra persona te haga daño o te causara una enfermedad?

Por todo esto debemos tomar conciencia y tener una vida saludable.